Sobre discapacidad: primera advertencia
- Escritora MC
- 1 jul 2023
- 1 Min. de lectura

Cuando nos anoticiamos de que nuestro hijo tenía una discapacidad, comenzamos un viaje en el que estaremos embarcados toda la vida y que torció - o desvió, si se quiere - la ruta por la que iba nuestra vida.
Ante la incertidumbre, la incredulidad y el no saber qué hacer, intentamos leer y aprender todo lo posible para tener herramientas que nos permitieran entender el mundo de nuestro hijo pero, más allá de lo estrictamente técnico, nos perdimos en un mar de la nada misma.
Sí, hay mucha gente que habla de discapacidad... pero todo lo que encontramos tenía que ver con tratamientos, terapias, si se puede usar un término u otro o qué le parece esto o aquello a la sociedad.
Nadie hablaba del torrente de emociones que te recorre el cuerpo. Todo estaba idealizado, romantizado, cubierto por una fina capa de hipocresía.
Así que aquí va esta primera advertencia: es probable que mucho de lo que leas, no te guste. Es más, tal vez tampoco estés de acuerdo. Y está bien. Aquí nadie posee verdades absolutas.
Aprendí en el camino a no juzgar el acompañamiento en discapacidad de nadie y a no aceptar que juzguen el mío. Está bien sentir. Está bien desbordarse. Está bien no poder más.
Algunas de las cosas que leerás en esta sección son hermosas, llenas de luz y cosas positivas. Y otras tantas, no. Porque así es la vida, así son todas las vidas y he decidido que los momentos de oscuridad, de dolor y de miedo también merecen letras.
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