Muchas Seños Leti
- Escritora MC
- 1 nov 2023
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 18 jun 2024
Para gran parte de los mapadres en la discapacidad, no hay fiesta de fin de año. Y no porque nuestros hijos no estén invitados a ser parte, sino porque nos negamos activamente a que su participación en la fiesta sea ser planta.
Así que este mensaje (que llega tarde este año, pero sirve para el año que viene) es para concientizar a los maestros y docentes de la necesidad y la importancia de ser "Seño Leti".
Procedo a explicarme: para los que no la conocen, sólo diré que cierren los ojos e imaginen a una maestra jardinera con delantal azul; de pelo rubio, lacio y corto; sonrisa enorme y ojos bien abiertos. Sí, esa imagen es exactamente la Seño Leti.
Leti recibe a los chicos con los brazos abiertos y no tiene miedo de los desafíos. No se asusta cuando la maestra integradora no puede asistir, porque entiende que nuestros hijos son neurodiversos, no monstruos. Manda un mensaje cada vez que hay una inasistencia para saber qué pasó, y si el motivo es una enfermedad, vuelve a preguntar todos los días cómo está el sujeto, hasta que lo vuelve a ver entrar al aula.
La Seño Leti piensa cada actividad, adaptándola, para que nadie se quede afuera. Saca fotos y graba videos cada vez que asoma un logro, y los envía llenos de emoticones de tía. Y crea toda una obra de fin de año para que absolutamente nadie se suba al escenario a actuar de inspector de techos.
La Seño Leti educa a sus estudiantes para que comprendan la diversidad de sus compañeros. Los alienta a ser sostén y guía, les enseña que pueden brillar ayudando a brillar a los demás. Hace que se tomen de la mano y bailen juntos, en lugar de demostrar proezas individuales que sólo acentúan las diferencias.
La Seño Leti le muestra al resto de los padres que sus hijos son seres humanos capaces de sentir empatía. Les cuenta cómo aplauden y se doblan de felicidad cuando otro alcanza una meta. Les repite que son bellos seres humanos. Y lo hace como si ella no tuviese algo que ver con eso.
A mí me encantaba ir a los actos que organizaba la Seño Leti, porque veía a mi hijo de la mano de San Martín, cruzando los Andes y batallando contra los realistas. Veía a mi hijo vestido exactamente igual que sus compañeros, acompañado sólo por ellos, que aprendían a ponerse en el lugar del otro de la forma más hermosa.
A todo el que se esté formando para educar, por favor, sea Seño Leti. Ya sabemos que en la carrera no los forman en discapacidad. A los padres tampoco. Y acá estamos, aprendiendo todos los días. Sin excusas.
Entendemos más que cualquier docente los desafíos que representan los niños que no siguen directivas, que no escuchan, que se dispersan, que no hablan, que "no entienden" e intentamos no juzgar; pero también sabemos lo que sí son capaces de hacer. Y detectar lo que un niño con discapacidad SÍ puede hacer, debería ser su principal objetivo.
Deseo, de todo corazón, que cada niño escolarizado encuentre una Seño Leti. Y que cada familia en la discapacidad pueda sentir la paz de llevar a su hijo a la escuela, sabiendo que es esperado por una maestra que hoy quiere probar si algo funciona y que, si no funciona, mañana va a llevar tres alternativas más.
Deseo muchas Seños Leti que nos hagan llorar, no de frustración (como nos pasa la mayoría de las veces) sino de alegría y orgullo. Muchas Seños Leti que lloren, por el mismo motivo.
¡Gracias por el efecto que causaste en nuestras vidas, Leti!
❤
Fue mi seño en sus momentos, es una mujer magnífica, brillante y comprensiva, Mi señor Leti, la que a cada fiestita del Jardín Colores le daba vida a todos esos personajes desde una mesa hasta un árbol y hasta el día de hoy veo que eso no cambio, que grande sos Seño Leti, siempre vas a ser la mejor...
Este mundo necesita mas Seños Leti!!
Que se multipliquen las Seños Leti
Excelente!!!! Ojalá el mundo se llene de seños Leti